Jutba pronunciada en la Husainiya Imam Rida (P) de Sevilla, el 10 de febrero de 2017

1ª Parte: La equivocación del "takfir"

لا اِلـهَ اِلاَّ اللهُ الْعَظيمُ الْحَليمُ لا اِلـهَ اِلاَّ اللهُ رَبُّ الْعَرْشِ الْكَريمُ اَلْحَمْدُ للهِ رَبِّ الْعالَمينَ

la ilaha illal lahu al‘athimul halimu la ilaha illal lahu rabbul ‘arshil karimul hamdu lillahi rabbil ‘alamin

No hay divinidad sino Allah, el Infinito, Prudentísimo. No hay divinidad sino Allah, Señor del Trono Glorioso. Alabado sea Allah, Señor de los universos.

اَلْحَمْدُ للهِ الاَوَّلِ قَبْلَ الاِنْشاءِ وَالاِحْياء

alhamdu lillahil auuali qabla l'insha'i ual ihia'i ual 'ajiri ba'da fana'il ashia'i

Alabado sea Allah, el Primero anterior a la creación del universo y los seres vivos y el Último luego de la desaparición de todas las cosas.

اَلْحَمْدُ للهِ الَّذى لَمْ يُشْهِدْ اَحَداً حينَ فَطَرَ السَّمواتِ وَالاَرْضَ

alhamdul lil lahil ladhi lam iushhid ahadan hina fataras samauati ual arda

Alabado sea Allah, aquel que no tuvo testigos cuando creó los cielos y la tierra

وَلاَاتَّخَذَ مُعيناً حينَ بَرَأ النَّسَماتِ

ua lat tajadha mu'inan hina bara'an nasamati

y no necesitó ayudante cuando creó los seres.

للّـهُمَّ صَلِّ عَلَى مُحَمَّـدٍ وَآلِ مُحَمَّـد

allahumma salli 'ala muhammadin ua ali muhammadin

Allahumma Bendice a Muhammad y a la Familia de Muhammad

وَصَلَّى اللهُ عَلَى رَسُولِهِ، والأَئِمَّةِ الْمَيامِينَ مِنْ آلِهِ

ua sallallahu 'ala rasulihi ual a'immatil maiamina min alihi

y que Allah Bendiga a Su Mensajero y a los santos Imames de su Familia,

وَسَلَّمَ تَسْـلِيمًا كَثِيـرًا

ua sallama tasliman kaziran

y les otorgue abundante Paz.

صَلَّى اللّهُ عَلَيْهِمْ أَجْمَعِينَ، وَلَعَنَ اللّهُ أَعْداءَ اللّهِ ظالِمِيهِمْ مِنَ الاَ وَّلِينَ وَالاَخِرِينَ

sallal lahu 'alaihim ayma'ina ua la'anal lahu a'da'al lahi thalimihim minal auualina ual ajirina

Allah os bendiga a todos y maldiga a vuestros enemigos, los opresores, desde el primero al último.

* * *

AS SALAMU ‘ALAIKUM

Todos conocemos la aleya en la que Allah (SWT) nos dice:

وَاعْتَصِمُوا بِحَبْلِ اللَّهِ جَمِيعاً وَلاَ تَفَرَّقُوا

Wa'tasimu bihabli Allahi yami'an wala tafarraqu

«Y aferráos todos juntos a la cuerda de Allah y no os separéis».

Corán 3:103

Sin embargo todos sabemos también que esa unión no ha sido nunca una realidad por diferentes motivos. No nos vamos a remontar ahora aquí a las cuestiones históricas sino que vamos a centrarnos en un factor más cercano y que en la actualidad representa un gravísimo problema para la Comunidad Islámica.

Los enemigos del Islam nunca han tenido mejores aliados que los que han encontrado entre las filas de los musulmanes, ni mejor forma de lucha que provocando la división interna. No es una casualidad que en las últimas décadas y especialmente en los últimos años, los grupos que promueven esas divisiones y luchas, incluso hasta llegando al crimen contra otros musulmanes, hayan tenido un desarrollo descomunal, aunque tampoco vamos a entrar ahora en analizar la maraña de intereses políticos que hay tras esto.

Si bien no fue el primero, en los tiempos relativamente modernos fue el sheij Muhammad ibn Abdul Wahhab quien en el siglo XVIII llamó al asesinato de los musulmanes que no siguieran sus preceptos acusándolos de ser infieles. Esto es, estableciendo el principio del takfir, haciendo obligatorio para sus seguidores combatir a los otros musulmanes.

Nunca tuvieron sin embargo en la Ummah una gran repercusión los planteamientos de Abdul Wahhab hasta hace poco tiempo como decía antes, cuando una campaña planificada y ampliamente financiada, ha hecho circular por la Ummah una serie de ambigüedades y errores interpretativos sobre los mandatos y las normas islámicas, contrarios a los principios de la religión, con la intención de crear dudas y alejar así a los musulmanes de las enseñanzas del Islam genuino y abrir con ello el camino a esta pérfida ideología.

La puesta en marcha de dicho plan ha sido capaz de dirigir a muchos jóvenes musulmanes creyentes y sin instrucción hacia el extremismo y la violencia, creando y profundizando la división entre distintas escuelas islámicas y entre las religiones.

Un principio decisivo de este argumentario extremista contra los propios musulmanes, es el de que la prioridad del Yihad es contra el enemigo más cercano, deduciendo esto de una errónea interpretación de la aleya 123 de Surat at-Tauba

يَا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا قَاتِلُوا الَّذِينَ يَلُونَكُم مِّنَ الْكُفَّارِ وَلْيَجِدُوا فِيكُمْ غِلْظَةً ۚ وَاعْلَمُوا أَنَّ اللَّـهَ مَعَ الْمُتَّقِين

Ia aiuha allathina amanu qatilu allathina ialaunakum mina alkuffari waiayidu fikum ghilthatan wa'lamu anna Allaha ma'a almuttaqin

«Oh los que creéis, combatid a los incrédulos que se encuentren próximos a vosotros y que encuentren en vosotros rudeza y sabed que Allah está con los temerosos».

A esto unen, como argumento de confirmación, una forzada interpretación del ejemplo del primer Califa quien prefirió combatir a lo apostatas antes que conquistar el Qods.

Los takfiríes dividen a los incrédulos en dos grupos; uno lo componen los no musulmanes que viven lejos de las tierras islámicas y el otro grupo son quienes viven en tierras islámicas, según ellos, aparentando ser musulmanes. Para ellos estos últimos son los peores y a quienes hay que combatir en primer lugar, según su interpretación de la aleya antes mencionada.

El texto de esta aleya sin embargo se refiere a los incrédulos, no a los hipócritas, categoría en la que en todo caso habría que incluir a esos musulmanes “aparentes”. Cuando los exégetas se refieren se las causas del descenso de esta aleya, llegan a la conclusión de que los musulmanes deben mantener una mayor precaución respecto a los incrédulos, y combatirlos en su caso, en función de su mayor proximidad geográfica. Por otro lado, lo que indican las narraciones respecto al “enemigo cercano” en la época del descenso de la aleya, es que estos eran los judíos que vivían en torno a Medina como los Bani Quraida, Bani Nadir y los judíos de Jaibar.

Es más, si seguimos leyendo la sura At Tauba, veremos cómo Allah (SWT) dicta al Profeta el orden en cuanto a los objetivos del combate, dando prioridad a la lucha contra los incrédulos sobre la lucha contra los hipócritas. Justo al revés de lo que hacen las corrientes takfiríes.

Ni una sola vez el Corán se refiere a los hipócritas como el enemigo cercano, por tanto no es posible en base a las aleyas coránicas considerar que los hipócritas o los musulmanes supuestamente desviados son los incrédulos próximos a los que se refiere la aleya.

Si vamos al ejemplo del Profeta (PBd), veremos cómo en su tiempo existían gran cantidad de hipócritas; el Corán está lleno de llamadas sobre los mismos e incluso una sura del Corán lleva ese nombre, sin embargo el Profeta (PBd) jamás estableció que estos debieran ser combatidos o asesinados. Por tanto el asesinato de musulmanes no wahabitas, a los que las corrientes takfiries consideran como “hipócritas”, no puede tener tampoco justificación alguna en la tradición del Profeta (PBd).

El término “yihad” se emplea repetidamente en el Noble Corán como la manera de tratar con los incrédulos y sin embargo no lo hace ni una sola vez en referencia a los musulmanes desviados y se emplea una sola vez referida a los hipócritas, aunque en este caso, según han consensuado los exégetas, el propósito de esse “yihad” es cultural y no militar; es decir, a los hipócritas o desviados hay que enfrentarlos intelectualmente, al igual que lo hacía el Profeta Muhammad (PBd), no asesinarlos como preconizan las corrientes takfiríes y sus grupos armados.

Allah (SWT) prohibió el takfir contra quienes manifiestan su fe islámica. Más sutil aún «no digáis a quien os diga Salam “no eres creyente”».

Un hadiz narrado por Bujari de Anas ibn Malik, dice:

“Dijo el Enviado de Dios (PBd): ‘Quien rece nuestra oración y se dirija a nuestra qibla y coma sacrificando como nosotros, ese es musulmán bajo la protección de Allah y de su Enviado, y no menosprecies la protección de Allah’”.

Este hadiz, y de igual modo otros muchos, indican que no está permitido hacer acusaciones de incredulidad o idolatría sobre quienes manifiestamente se adhieren a los dos testimonios de fe, unidad divina y profecía de Muhammad (PBd), y que no se puede actuar en contra de sus vidas y sus propiedades bajo ningún pretexto, sino que por el contrario, manifestar la adhesión a los dos testimonios supone encontrarse bajo la protección del Islam.

Desde esta perspectiva, que los takfiries califiquen como hipócritas o incrédulos a otros musulmanes, sean sunnis o shi’as, no tiene tampoco base alguna.

El sentido del combate al que se refiere la sura At-Tauba es el combate a los idólatras que siempre habían manifestado hostilidad conspirado y guerreado contra el Islam, no hacia otros musulmanes y ni siquiera respecto a los incrédulos o idólatras que se encuentren en situación de paz con los musulmanes, a quienes en base a lo establecido en la Ley Islámica, si no realizan acciones hostiles, no está permitido combatirles y se encuentran a salvo entre los musulmanes.

Curiosamente los enemigos incrédulos más próximos a la Comunidad Islámica geográficamente hablando a día de hoy, son los sionistas usurpadores que ocupan Palestina y parte de otros países islámicos en pleno corazón de “Dar al Islam”, de cuyo combate sin embargo los takfiríes huyen y alejan a miles de jóvenes a los que dirigen a una pérfida y estéril borrachera de crimen contra otros musulmanes.

No son los musulmanes que no siguen a Muhammad ibn Abdul Wahhab los incrédulos próximos a los que se refiere la sura At-Tauba, pero sí los takfiries que asesinan a musulmanes inocentes pueden ser reconocidos entre aquellos sobre quienes Allah (SWT) no advierte en esta otra aleya:

وَمَن يَقْتُلْ مُؤْمِنًا مُّتَعَمِّدًا فَجَزَاؤُهُ جَهَنَّمُ خَالِدًا فِيهَا وَغَضِبَ اللَّـهُ عَلَيْهِ وَلَعَنَهُ وَأَعَدَّ لَهُ عَذَابًا عَظِيمًا

Waman iaqtul mu`minan muta'ammidan fayazauhu yahannamu jalidan fiha waghadiba Allahu 'alaihi wala'anahu wa'adda lahu 'athaban 'athiman

«Y quien mate a un creyente premeditadamente su recompensa será el infierno donde estará eternamente y Dios se enojara y lo maldecirá y le incrementará el castigo inmensamente».

Corán 4:93

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UAL ‘ASR...

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2ª Parte: La Revolución de los hechos

اَللّـهُمَّ اِنّي اَفْتَتِحُ الثَّناءَ بِحَمْدِكَ، وَاَنْتَ مُسَدِّدٌ لِلصَّوابِ بِمَّنِكَ، وَاَيْقَنْتُ اَنَّكَ اَنْتَ اَرْحَمُ الرّاحِمينَ في مَوْضِعِ الْعَفْوِ وَالرَّحْمَةِ، وَاَشَدُّ الْمُعاقِبينَ في مَوْضِعِ النَّكالِ وَالنَّقِمَةِ، وَاَعْظَمُ الْمُتَجَبِّرِينَ في مَوْضِعِ الْكِبْرياءِ وَالْعَظَمَةِ،

Allahumma ini aftatihu azzana’a bihamdika. Ua anta musaddidu lissauaabi bimmanika. Ua aiqantu Annaka anta arhamu al rahimin fi mauadhi’i al ‘afui ual rahmati. Ua ashaddu al mu’aquibin fi maudhi’i annakaali ua annaqimati. Ua a’thamu almutayabbirin fi mauadhi’i alkibria’i ua al’athamati.

¡Allahumma!, comienzo el elogio con Tu alabanza, pues eres Tú quien conduce infaliblemente y por Tu Gracia, hacia la verdad, y porque he llegado al convencimiento de que Tú eres el más Clemente de los clementes cuando se trata del Perdón y la Misericordia. El más firme de los que castigan, cuando se trata del Castigo y de la Venganza. Y el más Grande de los grandes, cuando se trata de la Gloria y la Majestad.

اَللّـهُمَّ صَلِّ عَلى مُحَمَّد عَبْدِكَ وَرَسُولِكَ، وَاَمينِكَ، وَصَفِيِّكَ، وَحَبيبِكَ، وَخِيَرَتِكَ مَنْ خَلْقِكَ، وَحافِظِسِرِّكَ، وَمُبَلِّغِ رِسالاتِكَ

Allahumma salli ‘ala muhammad ‘adika ua rasulika. Ua aminika. Ua safiika. Ua habibiika. Ua jiaratika min jalqika. Ua hafithisirrika. Ua muballigi risalatika.

¡Allahumma!, Bendice a Muhammad Tu siervo y Tu Profeta, Tu confidente, Tu elegido, Tu bien amado y la mejor de Tus criaturas, el guardián de Tu secreto, el que comunica Tus mensajes.

اَللّـهُمَّ وَصَلِّ عَلى عَليٍّ اَميرِ الْمُؤْمِنينَ، وَوَصِيِّ رَسُولِ رَبِّ الْعالَمينَ

Allahumma ua salli ‘ala ‘aliin amir al mu’minin. Ua uasii rasuli rabbi al ‘alamin.

¡Allahumma!, Bendice también a Tu servidor ‘Ali, ‘Amir al mu’minin, heredero del Mensajero del Señor de los Mundos.

وَصَلِّ عَلَى الصِّدّيقَةِ الطّاهِرَةِ فاطِمَةَ سَيِّدَةِ نِساءِ الْعالَمينَ

Ua salli ‘ala assiddiqati at tahirati fatima saiidati nisa’i al ‘alamin.

Bendice también a la Verídica y Pura Fatimat az Zahra, Señora de las mujeres del universo.

وَصَلِّ عَلى سِبْطَيِ الرَّحْمَةِ وَاِمامَيِ الْهُدى، الْحَسَنِ وَالْحُسَيْنِ سَيِّدَيْ شَبابِ اَهْلِ الْجَّنَةِ

Ua salli ‘ala sibtai alrrahmati ua imaamai alhuda. Al hasan ual husain saidai shabaabi ahlil yannati.

Bendice también a los dos niños de la Misericordia, los dos Imames del Camino Recto, Hasan y Husein, Señores de los jóvenes del Paraíso.

وَصَلِّ عَلى اَئِمَّةِ الْمُسْلِمينَ، عَلِيِّ بْنِ الْحُسَيْنِ، وَمُحَمَّدِ ابْنِ عَلِيٍّ، وَجَعْفَرِ بْنِ مُحَمَّد، وَمُوسَى بْنِ جَعْفَر، وَعَلِيِّ بْنِ مُوسى، وَمُحَمَّدِ بْنِ عَلِيٍّ، وَعَلِيِّ بْنِ مُحَمَّد، وَالْحَسَنِ بْنِ عَلِىٍّ، وَالْخَلَفِ الْهادي الْمَهْدِيِّ، حُجَجِكَ عَلى عِبادِكَ، وَاُمَنائِكَ في بِلادِكَ صَلَاةً كَثيرَةً دائِمَةً

Ua salli ‘ala aimmati al muslimin. ‘ali ibn alhusain, Ua muhammad ibn ‘ali, ua ya’far ibn muhammad, Ua musa ibn ya’far. Ua ‘ali ibn musa. Ua muhammad ibn ‘ali. Ua ‘ali ibn muhammad. Ua Hasan ibn ‘ali. Ua aljalafi alhadi al mahdii. Huyayika ‘ala ‘ibadika. Ua umana’ika fi biladika salaatan kaziratan da’imata.

Bendice también a los Imames de los musulmanes: ‘Ali Ibn al Husein, Muhammad al Baqir, Ya’afar as Sadiq, Musa al Kazim, ‘Ali ar Ridha, Muhammad al Yauad, ‘Ali al Hadi, al Hasan al Askari y el Sucesor. Son Tus evidencias para Tus siervos y Tus confidentes en Tu nación (la tierra). Bendícelos, mucho y siempre.

اَللّـهُمَّ وَصَلِّ عَلى وَلِىِّ اَمْرِكَ الْقائِمِ الْمُؤَمَّلِ، وَالْعَدْلِ الْمُنْتَظَرِ، وَحُفَّهُ بِمَلائِكَتِكَ الْمُقَرَّبينَ، وَاَيِّدْهُ بِرُوحِ الْقُدُسِ يا رَبَّ الْعالَمينَ

Allahumma ua salli ‘ala ualii amrika alqa’imi almu’ammali. Ua al’dli almuntathari. Ua huqqahu bimala’ikatika almuqarrabin. Ua aiidhu biruhi alqudusi ia rabba al’alamin.

¡Allahumma!, Bendice igualmente al Tutor de Tu Orden (precepto), al Qa’im, el Levantador esperado y el Justo esperado. Rodéalo de Tus ángeles, los más próximos a Tu Gloria y sostenlo por el Espíritu Santo, ¡oh, Señor de los Mundos!.

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Hermanos, temamos a Allah con el temor de los esperanzados, afirmémonos en el Islam y aferrémonos al asidero más firme. E igualmente, seamos ordenados en nuestros asuntos.

Justo hoy hace una semana se conmemoró un nuevo aniversario de una fecha ya mítica a partir de la cual, guste o no guste, cambió la historia moderna y cambió la historia del movimiento islámico.

Hace una semana se cumplieron 38 años desde el triunfo de la Revolución Islámica de Irán, liderada por el nunca olvidado Imam Ruhullah Musaui al Jomeini (a quien Dios tenga en Su misericordia).

Como decía Imam Jomeini, hay dos tipos de musulmanes; los musulmanes de palabra y los musulmanes de hechos. En la actualidad podemos ver muchos países y muchos movimientos que se autodenominan islámicos, pero al igual que con los musulmanes a nivel individual, con ellos existe una prueba del algodón para comprobar la realidad de su autoproclamación, que es observar sus hechos y trayectoria. Una vez que hagamos esto, veremos cómo no son tantos los que realmente pasan esa prueba.

La función más importante de la religión y para lo que Allah (SWT) envió a todos los Profetas (P) desde el primero hasta el último es establecer la justicia aquí en la tierra:

لَقَدْ أَرْسَلْنَا رُسُلَنَا بِالْبَيِّنَاتِ وَأَنزَلْنَا مَعَهُمُ الكِتَابَ وَالْمِيزَانَ لِيَقُومَ النَّاسُ بِالْقِسْطِوَ

Laqad arsalna rusulana bialbainati waanzalna ma'ahumu alkitaba waalmiizana liaquuma annasu bialqisti

«Ciertamente, enviamos a Nuestros Mensajeros con las pruebas claras e hicimos descender con ellos la Escritura y la Balanza para que los humanos establezcan la justicia».

Corán 57:25

Por supuesto existe todo el concepto de la adoración, pero la función primordial de la religión es el establecimiento de la justicia en cada momento.

La religión no es algo, como interesadamente se nos quiere imponer desde Occidente, únicamente para que nos pasemos el día rezando en iglesias o mezquitas o para que ayunemos hasta la inanición, dejándoles a ellos, a los políticos, a los poderosos, el control de todos los asuntos de la sociedad permaneciendo en silencio ante sus injusticias.

Todo lo contrario, el hombre religioso es el hombre que tiene que estar a la vanguardia de su sociedad.

Dios es Justo, exige justicia y envió a los Profetas (P) para que la establecieran; por tanto, todo aquel que se sienta seguidor de la religión debe ser también alguien que con sus hechos y en la medida de sus posibilidades luche por su establecimiento. El hombre religioso no puede renegar de esta obligación justificándose en el rezo o el recogimiento en la intimidad, permaneciendo mientras tanto impasible ante los avatares de la sociedad que lo rodea.

Irán, antes de la Revolución era uno de tantos países musulmanes gobernados por una tiranía a su vez marioneta y vasalla de los EE.UU. a quienes de facto entregan el país y sus riquezas a cambio de su protección personal para el reyezuelo o dictador de turno, como tantas tiranías que podemos seguir encontrando hoy en día en nuestro mundo islámico. Pero en Irán, en 1964, ante la firma de un humillante acuerdo por el que los crímenes cometidos por ciudadanos estadounidenses en Irán quedaban fuera de la jurisdicción legal iraní, osea, eran impunes en Irán (acuerdo similar a otro que se firmó en España también por aquellos tiempos), un hombre, un Ayatullah, Ruhullah Musaui al Jomeini, vio colmada su paciencia y alzó la voz para decir ¡basta!. Ese hito es el que marca el inicio de lo que después fue la Revolución Islámica en Irán.

Imam Jomeini puso en práctica lo que hasta entonces los sabios islámicos no habían manejado más que si acaso en el campo de la teoría, como es el hecho de la necesidad de que la acción del estado se base en normas islámicas y que la más alta instancia de su gobierno recaiga en una figura religiosa, en un jurisconsulto elegido para ello. Lo puso en práctica elaborando una teoría en sus años de destierro, la teoría de la wilayat ul faqih, y promoviendo desde ese mismo destierro la formación de un gran número de personas y cuadros que pudieran llevar adelante esa tarea de futuro gobierno.

Imam Jomeini era un jurisconsulto reconocido ya en ese año 1964, además de un filósofo y un gnóstico, lo que le otorgaba el reconocimiento del pueblo musulmán iraní y por tanto detentador de la autoridad necesaria para encabezar ese movimiento liberador.

Imam Jomeini puso en práctica todo el conocimiento teórico que atesoraba, siendo capaz de llevar adelante una revolución popular con una guía, un conocimiento, una racionalidad y una mística, capaz de convertirse en el espíritu de un mundo sin espíritu, como la calificó el filósofo francés Michel Foucault.

Imam Jomeini supo conjugar lo que ningún otro pensador musulmán había conseguido antes, los tres factores necesarios para que una revolución pueda surgir; ideología, liderazgo y masas. Imam Jomeini era consciente de la necesidad de las masas para que la revolución triunfara y sobre todo para que la misma perdurara.

El Islam es una religión social, una religión de masas, no puede concebirse por tanto la posibilidad de una verdadera revolución islámica desde posturas elitistas.

La gran red de mezquitas, husainiyas y otros centros, que en la tradición shi’a siempre fueron independientes del poder político incluso en lo económico, al contrario de lo que sucede en el resto del mundo islámico, y todos esos religiosos y cuadros que a lo largo de los años se fueron formando siguiendo las ideas de Imam Jomeini, fueron fundamentales para la guía y preparación de esas masas que 15 años más tarde, el 11 de febrero de 1979, hicieron posible el triunfo de la Revolución Islámica de Irán.

38 años ya desde aquel día. 38 años en los que hemos visto no sólo como Irán y la Revolución Islámica han superado todas las artimañas y golpes con los que han querido ahogarla, sino que su influencia es cada vez mayor en todos los sentidos.

Pero con todo, el mayor logro de esta Revolución ha sido restituir el Islam en un momento en que en el mundo languidecía por la presión de ideas y costumbres foráneas, junto a la inacción del propio cuerpo islámico sumido en un patético complejo de inferioridad.

La Revolución Islámica de Irán enseñó a los musulmanes del mundo que ellos sí son capaces de llegar a donde se propongan, siempre y cuando sigan las enseñanzas y la guía del Islam muhammadiano.

La revolución Islámica de irán representa el Islam de los hechos.

Quienes dentro del mundo islámico se le oponen, estados o movimientos, son la representación de la hipocresía del palabrerío, son los servidores del falso Islam, del islam americano como lo denominó Imam Jomeini.

Alabado sea Allah al principio y al final.

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Hermanos, pido el perdón de Allah y Su Indulgencia de para mí y para vosotros, y pido por el perdón de mis pecados y los vuestros.

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KUL HUA...

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Allahumma otorga alegría a los habitantes de las tumbas.

Allahumma enriquece a todo pobre.

Allahumma sacia a todo hambriento.

Allahumma viste a todos los desnudos.

Allahumma salda la deuda de todo deudor.

Allahumma consuela a todos los entristecidos.

Allahumma retorna a todos los extraviados.

Allahumma libra a todo prisionero.

Allahumma soluciona todos los problemas de los musulmanes.

Allahumma da curación a todos los enfermos.

Allahumma pon fin a nuestra pobreza con Tu opulencia.

Allahumma cambia nuestro mal estado con Tu buen estado.

Allahumma mantennos firmes en Tu camino, y protégenos de la negligencia en el cumplimiento de nuestros deberes hacia Ti.

Allahumma lo que Tú nos has hecho saber de la Verdad, háznoslo aplicar y lo que de la Verdad se nos ha escapado indícanoslo.

Allahumma infunde temor ante la opresión sobre Tus siervos. Asiste a aquellos que no encuentran protector salvo en Ti. Restablece lo que fue alterado de los dictámenes de Tu Libro. Fortalece lo que procede del mensaje de Tu religión, así como la Tradición que procede de Tu Profeta (PBd).

Allahumma ayuda a todos aquellos que combaten verdaderamente en tu nombre y por tu causa y otórgales la victoria.

Allahumma, apresura la reaparición de nuestro maestro, Imam az Zamaan, Al Mahdi (P), que nuestras almas y las de todos en el universo se sacrifiquen por él, e inclúyenos entre sus ayudantes y soldados. Aamiim.

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Jutba pronunciada por el Presidente de la Comunidad Islámica Duodecimana Baiatullah, Mikail Alvarez Ruiz